A las a fueras de un pueblo, junto a un lago, vivía una familia en una casa rural. La familia venia a esta casa siempre y cuando se podían escapar de la ruidosa ciudad. La familia la componía el funcionario José, su mujer Marisa y su hijo Javier. El niño tenía tan solo 12 años, pero parecía bastante espabilado a su edad. No se pasaba mucho por el pueblo, prefería quedarse en casa practicando su único hobby, el de construir objetos con madera. Después de terminar su última hazaña, un bastón para su abuelo, decidió construirse una piragua para moverse por el lago. En verano era la envidia de todos los niños del pueblo, mientras ellos estaban en las orillas del lago bañándose, Javier iba por el centro del lago con su piragua. Un día Javier decidió ira a hacer unos recados al pueblo con su piragua, metiéndose por el rio hasta llegar a la plaza del pueblo. Mientras iba por el rio, los habitantes del pueblo le veían como un espectáculo. Muchos de ellos se acercaban a verlo, incluso le daban ánimos para que llegase, y como niño pequeño que era, eso le encantaba. A partir de ese momento se convirtió en rutina y en el pueblo se pasó a llamar el niño de la piragua. jueves, 26 de febrero de 2009
El niño de la piragua
A las a fueras de un pueblo, junto a un lago, vivía una familia en una casa rural. La familia venia a esta casa siempre y cuando se podían escapar de la ruidosa ciudad. La familia la componía el funcionario José, su mujer Marisa y su hijo Javier. El niño tenía tan solo 12 años, pero parecía bastante espabilado a su edad. No se pasaba mucho por el pueblo, prefería quedarse en casa practicando su único hobby, el de construir objetos con madera. Después de terminar su última hazaña, un bastón para su abuelo, decidió construirse una piragua para moverse por el lago. En verano era la envidia de todos los niños del pueblo, mientras ellos estaban en las orillas del lago bañándose, Javier iba por el centro del lago con su piragua. Un día Javier decidió ira a hacer unos recados al pueblo con su piragua, metiéndose por el rio hasta llegar a la plaza del pueblo. Mientras iba por el rio, los habitantes del pueblo le veían como un espectáculo. Muchos de ellos se acercaban a verlo, incluso le daban ánimos para que llegase, y como niño pequeño que era, eso le encantaba. A partir de ese momento se convirtió en rutina y en el pueblo se pasó a llamar el niño de la piragua. miércoles, 18 de febrero de 2009
El pueblo desaparecido
lunes, 16 de febrero de 2009
Leyenda del lago
martes, 10 de febrero de 2009
50 aniversario de la catastrofe

El 9 de enero de 1959, la presa de Vega de Tera no aguanto más y se rompió, cayendo el agua y rocas por el cañón del Tera hasta llegar a un pequeño pueblo de la comarca de Sanabria. Esta presa fabricada por penosos materiales dejo al pueblo de Ribadelago roto y desamparado, dejando a 144 personas muertas a su paso, fue la catástrofe más horrorosa de la comarca de Sanabria. Este hecho movilizo a casi toda España con apoyo, ayudas y dinero, que la mayoría se quedo por el camino. La guardia civil y muchos voluntarios fueron a socorrer a los supervivientes, dándoles comida y ropa para aguantar los días después de la catástrofe. Muchos de los supervivientes recuerdan esos 10 fatídicos minutos como si fuesen horas de calvario. Este pasado 9 de enero se recordaron a todas las victimas y se conmemoraron a todos los supervivientes con un acto que duro tres días, en el que fueron los máximos representantes del gobierno de Zamora. A pesar de la nieve y el frio consiguió reunir a casi todos los habitantes del pueblo con sus familias y a varios turistas. La mayoría de los actos se organizaron en una carpa donde pusieron un documental de la catástrofe, misas para las víctimas y un concierto de la banda de Zamora. Pero el hecho más conmemorativo fue una escultura y una placa donde figuraban los 144 muertos.
