martes, 3 de marzo de 2009

un dia en el pueblo

Me levanto un día de verano, hace un buen día y hay una temperatura perfecta para estar en la calle. Después de desayunar y de despejarme un poco, decido hacer mi habitación para que cuando venga mi abuela del huerto no me diga nada de mi espantosa habitación. Al llegar mis amigos con sus bicicletas y sus mochilas, corro para terminar de prepararme. Yo también cojo mi bicicleta, la mochila con la toalla y nos disponemos para recoger a la gente que falta. Todos juntos nos encaminamos hacia el lago. Dejamos las bicicletas bien atadas para que no nos la roben y corremos en busca del mejor sitio donde dejar nuestras toallas. Nos quitamos la ropa y tras tomar un poco el sol ya abrasados nos refrescamos tirándonos desde la roca hasta el agua. Después de esta mañana relajada nos vamos a comer y quizás también una pequeña siesta donde se cogen energías para el resto del día. Me venís otra vez a buscar y nos vamos a recoger al esto. Nada más llegar al lago hacemos una carrera para ver quién es el primero que se mete en el agua, jugamos a cartas, hablamos, comparamos nuestras meriendas y nos vamos a casa para prepararnos a la noche. Al acabar de cenar nos juntamos todos para dar un paseo por el pueblo y alrededores, acabando agotaos y queriendo irnos a la cama calentita. Terminamos yéndonos a casa y pensando que ha sido un buen día y benditas las vacaciones de verano.

1 comentario:

  1. Perfecto resumen de un dia en el pueblo, aunque te falta las carreras en bici entre el eskizo y yo y las observaciones astronomicas en rocas^^
    Que ganas de que llegue el verano...

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